Quito vivió una noche copera con todos los ingredientes del fútbol sudamericano: intensidad, drama, altitud, orgullo y reacciones cargadas de corazón. Independiente del Valle y River Plate empataron 2-2 en un partido que tuvo dos caras completamente distintas.
El conjunto “rayado” arrancó como un huracán. En 45 minutos borró a River del mapa, se puso 2-0 arriba y trajo recuerdos de aquella recordada victoria del 2016, Independiente del Valle fue una máquina. Pero River, con historia en la sangre, no se bajó del ring. Marcelo Gallardo tocó piezas en el segundo tiempo y despertó a su equipo. El complemento fue rojo y blanco. Golpearon en momentos justos, empataron con rebeldía y se llevaron un punto que, por cómo comenzó todo, sabe a gloria.
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