El Real Madrid visitó Getafe por la fecha 33 con la elegancia de siempre: posesión sin veneno, rotaciones sin rumbo y una parsimonia que da más sueño que respeto. El 1-0 les alcanzó, sí, pero no para convencer a nadie. Ancelotti sigue exprimiendo lo poco que queda de una plantilla que, cuando no tiene inspiración, se aferra a la épica… o a Thibaut Courtois.
Mientras tanto, en la otra orilla, el Barcelona afila cuchillos. Hansi Flick ha dado con la tecla, el equipo vuela, Pedri reparte pases como mago y Lamine Yamal parece tener 28 años de fútbol en los botines. ¿De verdad este Madrid cree que puede frenar a esa máquina blaugrana en la final de Copa?
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